Aporte realizado por María Fernanda Valenti (socia de APORA), quien asistió a la conferencia.
El 2 de mayo de 2013 Cristophe Dejours estuvo en la Alianza Francesa dando un seminario: “Del sufrimiento al placer en el trabajo” al que asistí. Quería compartirlo con ustedes. Es psiquiatra, psicoanalista y representante de la psicodinamia del trabajo en Francia. Llegó a Argentina con motivo de la presentación de su nuevo libro “Trabajo Vivo” y estuvo en una serie de eventos.
Dejours comenzó refieriéndose a que hay quienes tratan las enfermedades laborales como enfermedades del entorno y estos toman al cuerpo como blanco. En ese sentido agregó que los aspectos subjetivos también impactan en el cuerpo “la muerte súbita, las enfermedades vasculares, en muchos casos, son producto de sobrecargas en el trabajo”. El autor enfatiza que “la organización del trabajo, penetra profundamente en la subjetividad y ella puede ocasionar: Lo mejor o lo peor”.
Una de las formas de organización del trabajo es el Taylorismo. Muchos piensan a este sistema como algo innovador. Pero para el autor, a partir de este tipo de organización, se observa un gran sufrimiento en el trabajador provocando graves enfermedades. El dedicó mucho tiempo de su disertación hablando de los “suicidios en los lugares de trabajo” producto del sufrimiento laboral a tal punto que refirió que en Japón han empezado a existir asociaciones de familiares de víctimas del Toyotismo.
Dejours explica que existe una prescripción de cómo debe ser el trabajo, acotando que si los trabajadores cumplieran lo prescripto al pie de la letra no podrían incluir los imprevistos, las averías, los incidentes en el trabajo. Desde el manejo de la inteligencia en el hacer del día a día se realizan modificaciones a lo prescripto. Él nombra a este hecho como “hacer trampa en el trabajo”.
Para el autor no hay trabajo sin sufrimiento. Aunque existen también situaciones placenteras en muchos de ellos. Según sus palabras la “normalidad” en el trabajo implica poner en juego ciertas defensas frente al sufrimiento aunque lo normal, según él, no es sinónimo de saludable. Cuando el trabajo se transforma en placer es cuando aparece la psicodinamia del reconocimiento. El placer en esa área está vinculado al: amarse a uno mismo, fortalecerse, utilizar la inteligencia, el reconocimiento del entorno. Quien trabaja espera una retribución. El salario es una forma de retribución pero no lo es todo.
El jefe debe poder marcar los beneficios económicos que el trabajador genera y sus compañeros poder hablar de la “belleza del trabajo”. Desde el trabajo se refuerza la identidad. Una de las preguntas que le hicieron: ¿Hay formas en dónde se pueda disfrutar del trabajo? Contesta que lleva más de 30 años hablando de las consecuencias de los lugares de trabajo. Habla que hay formas de organización posibles y que son producto de una contracorriente distante del pensamiento dominante. Actualmente Dejours está trabajando con algunas empresas desde esa línea, sin que esto repercuta en la rentabilidad del establecimiento, ni en la salud del empleado.
Estos lugares necesitan de profesionales altamente capacitados, que no enfermen y siendo cuidadosos en ese aspecto ya que sus trabajos son proyectados para que duren años. Concluye que en estos espacios se sale del paradigma individualista y se deja camino a la< cooperación: Hablar, escucharse, pelearse, discutir, llegar a acuerdos. Saber vivir, vivir juntos, en solidaridad las personas de la comunidad. Estos son aspectos valorados para la salud de los trabajadores.
Otros libros: El Factor Humano (Lumen, 1998), Trabajo y Desgaste Mental (Hvmanitas, 1990), La Banalización de la Injusticia Social (Topía, 2013) y los dos tomos de Trabajo Vivo (Topía, 2012/2013).